Amado Dios, en esta mañana me acerco hasta Ti para darte gracias por este
nuevo día que me regalas.
Te pido, Señor, que este día esté lleno de tu paz. Una paz que calme mis
pensamientos, que me permita respirar profundo y vivir en armonía. Que no
haya angustias que me roben la tranquilidad, ni preocupaciones que me quiten
el gozo. Que tu presencia habite en mi mente, en mi corazón y en todo lo que
me rodea.
Padre Celestial, te suplico que me regales felicidad. De esa que nace del
alma, que no depende de lo material ni de lo externo, sino de la confianza
absoluta en Ti. Quiero sonreír, disfrutar, agradecer y contagiar alegría.
Que mi corazón se llene de motivos para dar gracias y de razones para seguir
adelante.
Por favor toma mi mano, cuida de mí y de mis seres queridos. Acompáñanos en
cada tarea de este día, en cada una de nuestras decisiones y en todas
nuestras acciones.
Y te pido, con toda mi fe, que me concedas milagros. Esos que sólo tú puedes
hacer posibles. Esos que llegan cuando menos los esperamos y cambian
nuestras vidas para siempre. Abre caminos donde no los hay, sana lo que
duele, restaura lo que está roto y provee lo que hace falta. Confío en que
hoy será un día de bendiciones inesperadas y de respuestas divinas.
Amado Dios, gracias por escuchar mi oración, por guiarme, por protegerme y
acompañarme. Por favor, que nada me falte, que todo me sume y que este día
esté lleno de paz, felicidad y milagros que me acerquen más a Ti y a la vida
que Tú has soñado para mí, Amén.
Hacer esta bella oración te permitirá acercarte a Dios para darle gracias
por su amor, por su generosidad, para poner en sus manos este nuevo día y
pedirle que se tu paz, tu salvador y tu compañía.
Confía y sé feliz, pues hoy, al igual que todos los días DIOS está contigo y
Él te concederá fuerza, fe, coraje y sabiduría para que puedas salir
adelante y alcanzar tus más grandes anhelos, Amén.
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