Amado Dios, en este momento vengo ante Ti con humildad y esperanza. Me
presento con el corazón abierto y lleno de fe, porque sé que Tú eres el Dios
que bendice, el Dios que prospera, el Dios que hace florecer todo lo que
toca.
Te pido que pongas tus manos sobre cada uno de ellos y los bendigas con
abundancia. Que todo lo que haga dé fruto, que lo que emprenda avance, y que
cada paso que dé esté guiado por tu luz.
Tú conoces mis batallas, mis días de cansancio, mis noches de oración y mis
deseos de ver resultados. Por eso hoy te clamo, Dios mío: que mi vida sea
como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su
tiempo, y cuya hoja no cae.
Te suplico que donde yo esté, haya crecimiento. Que donde yo siembre, brote
vida. Y que en todo lo que haga, se refleje tu favor.
Tú conoces mis motivaciones, quiero ser una persona buena, noble, quiero
triunfar, quiero bendecir a mi familia y compartir mis bendiciones con los
demás.
Bendice Tú mis manos, bendice mi mente, bendice mi corazón. Ayúdame a
perseverar, a no rendirme, a seguir creyendo incluso cuando no vea aún los
frutos. Recuérdame que Tú siempre trabajas en lo invisible y que tu tiempo
es perfecto.
Que cada día me acerque más a la cosecha que espero. Que vea tus promesas
cumplidas. Que lo que hoy me preocupa, mañana se convierta en testimonio de
tu poder. Y que nunca me falte fe para confiar, ni gratitud para agradecer.
Señor, gracias por escuchar mi oración y gracias por todo lo que Tú harás.
Sé que con tu bendición y tu compañía, lo mejor está por venir, Amén.
Hacer esta bella oración te permitirá acercarte a Dios para darle gracias
por su amor, por sus bendiciones y para pedirle que te guíe, te bendiga y te
acompañe en todas tus labores y emprendimientos.
Amado Dios, por favor bendice mis manos, mis ideas y cada paso que dé. Que
todo lo que haga hoy florezca con tu gracia y dé frutos de bendición, éxito
y prosperidad, Amén.
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