Amado Dios, hoy no quiero pedirte nada. Hoy solo vengo a decirte gracias.
Gracias por todo lo que me has dado, por todo lo que has permitido en mi
vida y por todo lo que Tú estás preparando para mí. Gracias por tu amor
incondicional, por tu paciencia, por tu presencia constante que me acompaña
aun cuando yo no la percibo.
Gracias, Señor, por los momentos felices que me llenan el alma, y también
por las pruebas que me han hecho crecer. Gracias por las puertas que se han
abierto y también por las que se cerraron, porque en todo veo tu mano
guiándome y tu plan perfecto cumpliéndose en mi vida.
Gracias por cuidar de mí incluso cuando no lo noto, por darme fuerzas cuando
siento que ya no puedo más, por consolarme cuando el alma me pesa, y por
levantarme una y otra vez.
Gracias, Dios mío, por escuchar mis oraciones, por esas respuestas que
llegan justo a tiempo, por los milagros que no esperaba, y por los sueños
que estás haciendo realidad.
Padre Celestial, hoy simplemente te alabo, te bendigo y te doy gracias. Que
nunca me falte un corazón agradecido, sin importar la circunstancia. Porque
mientras Tú estés conmigo, tengo razones para sonreír, para seguir, para
confiar.
Quiero terminar esta oración entregándote mi vida, mis pasos y los días por
venir. Por favor sigue siendo bueno conmigo, permíteme gozar de la paz y la
tranquilidad que solo se encuentran bajo tu presencia, líbrame de todo mal y
ayúdame a vivir en paz, propósito, bienestar y alegría, Amén.
Hacer esta bella oración te permitirá acercarte a Dios para darle gracias
por su amor, por su bondad, por cuidar siempre de ti, de los tuyos y por
todas las cosas maravillosas que Él ha hecho y que hará en tu vida.
Gracias, amado Dios, por todo lo que haces en mi vida. Gracias por las
bendiciones que veo y por las que aun no comprendo. Gracias por cuidarme,
por amarme y por darme fuerzas cada día. Te alabo con el corazón lleno de
gratitud, porque sé que en todo momento estás conmigo.
Otras hermosas oraciones recomendadas para ti.