Señor mío y Dios mío, en esta mañana me levanto lleno de alegría, devoción
e ilusión para darte gracias por haberme permitido el privilegio de
despertar a este nuevo mes de febrero que recién está empezando.
Amado Dios, en la mañana de hoy 31 de enero me acerco hasta Ti, para
decirte que mi corazón está lleno de gratitud por tu bondad, por tu
generosidad, por tu constante compañía y por todos los momentos que me
permitiste vivir a lo largo de este mes de enero que está a punto de llegar
a su fin.